Pareciera tarea fácil aquella de saber cómo iluminar una habitación peor ¿cuántos de nosotros, realmente, sabemos hacerlo con éxito? No olvides que una buena iluminación es la clave estética en toda edificación. De nada sirve que nuestros muebles, paredes, pisos y demás elementos decorativos sean divinos si no aprendemos a iluminarlos muy bien -tanto en el día como en la noche-. Recuerda que, entre más y mejor iluminadas estén tus habitaciones, más amplias, pulcras, organizadas y limpias se verán.
Para aprender cómo iluminar una habitación lo primero que debes entender es que no solo se trata de bombillas, luces LED, candelabros o lámparas; también se trata de aprender cómo puedo realzar y potenciar esa luminosidad que aquellos artefactos propician. A continuación te damos herramientas para sacar el mayor provecho de la luz -artificial y natural- de tus habitaciones:
1. Entre más entradas de luz natural mejor: aprender cómo iluminar una habitación no es cosa que solo le competa a las noches sino también a los días y, por eso, es vital saber iluminar, naturalmente, nuestros espacios. Recuerda que las entradas de luz pueden ser puertas, ventanales, ventanas o un tragaluz y ¡que son muchas las opciones!
2. Procura que tus pisos, techos y paredes sean claros: recuerda que el color blanco y, en general, los tonos claros reflejan mucho mejor la luz del sol pero también la luz de tus bombillos.
3. Obtén acabados, materiales y superficies brillantes: una vez más, esto hará que toda la luz refleje mejor.
4. Pon espejos a tu antojo: recuerda que los espejos no solo reflejan tu figura sino, además, la luz.
5. Reemplaza las luces del techo por luces perimetrales: no olvides que, cuando de iluminación se trata, el ángulo en el que iluminas lo es todo. Las luces en el techo (por el ángulo en el que se disponen) podrían crear feas y poco favorecedoras sombras. Recuerda que iluminar desde el suelo es siempre una gran opción.
6. Opta por una iluminación difusa: Hacer esto minimizará la aparición de sombras y dará una esencia cálida y acogedora al lugar. Después de todo, tu habitación no es un escenario y tus luces no están allí para apuntar al protagonista.
7. Añade una iluminación personalizada: esto dependerá de la función de cada habitación; si se trata de un despacho o estudio entonces quizás quieras poner una lámpara estratégicamente junto a tu mesa y así. 8. Instala bombillas brillantes: usa bombillas de menos voltios pero de mayor intensidad lumínica.
Esta pregunta -y su respuesta- es esencial para aprender cómo iluminar una habitación. La respuesta es: ¡son muchas las diferencias! Para empezar, la luz cálida suele ser utilizada con el fin de generar atmósferas muy acogedoras, privadas, íntimas y relajantes; es por esto que la luz cálida es genial para iluminar dormitorios, salas y espacios donde pasar el rato pueda convertirse en un placer. Una de las ventajas de la luz cálida es que ayuda mucho a resaltar, si se quiere, detalles arquitectónicos, decorativos o de diseño que sean claves y distintivos. No olvides que la luz cálida es capaz de enfatizar texturas, patrones, colores y relieves.
Por otro lado, la luz fría es eficaz a la hora de: reforzar contrastes y mejorar la visibilidad necesaria para tarea muy puntuales como la lectura o actividades que requieran de mucha concentración. Es por esta misma razón que este tipo de luz suele utilizarse en espacios altamente funcionales como oficinas, cocinas, lavanderías y despachos; así mismo, suele verse luz fría en espacios públicos done procurar mayor intimidad no es la prioridad. Recuerda que ni una luz es mejor que la otra ni viceversa; todo depende de la habitación que desees iluminar y de la utilidad o función que dicha área cumple.