En nuestro trabajo nos encontramos con retos todos los días, pero sí
de retos se trata, este es uno de los jardines que se lleva todos los
premios. El trabajo paisajista que tiene atrás fue sin duda muy
laborioso.
La transformación increíble que se hizo durante la obra, no queda
lugar para dudas de que fue impresionante. Para lograr el efecto
minimalista, con pequeña dosis de cultura japonesa y trabajar casi en
exclusiva con blancos fue todo un desafío. Cuando el propietario de esta
casa nos planteo la idea nos pareció apasionante, poco a poco fueron
surgiendo los distintos aspectos del jardín, la zona mas difícil y
comprometida para el desarrollo fue la entrada. Esta se encontraba a
unos dos metros y medio del nivel de la casa y con poca distancia entre
la lindera y la vivienda, lo cual dificultaba mucho las opciones. Le
planteamos reformar la escalera de forma tal que fuera integrada
ampliamente dentro de la estética del jardín, para reforzar ese efecto
se construyó un muro de piedra que en su cabeza lleva un cubículo con
bolos blancos que se iluminan por la noche con unas tiras de LED's. Por
el otro lado, plantamos un macrobonsai que contrastara con el muro de
piedra, dejando un voladizo para poder colocar o bien alguna piedra
singular, o bien una escultura, cumpliendo con el efecto yaku-ishi
de
la cultura japonesa.
Para resolver los terraplenes y poder aterrazar de forma minimalista y
que a su vez no resultara pesado
el ambiente, se han instalado unas
terrazas de acero corten y se han sembrado festucas que no solo crearan
un manto verde muy agradable y la vez son plantas de condiciones
bastante austeras en materia de riego. Hemos dejado el alcornoque
existente ya que entendíamos que además de ser una pieza singular y de
muchos años con una estructura de ramas rompía con la esquina dándole
terminación a todo este entorno.
A modo de entrada mix Japón – minimalista
creamos unos pasos de
losetas muy grandes y con cierto movimiento similar a los tobi-ishi de
los típicos jardines japoneses. Por el otro lado y para mantener el
equilibrio wabi-sabi (ying-yang) trasplantamos un olivo centenario
dentro de uno de los aterrazados también de acero corten que con las
sucesivas podas se irá convirtiendo en macrobonsai. Y para enmarcar toda
la entrada se realizo un alcorque con equisetum
creando una muy
pequeña separación pero que cumple con el efecto buscado.
Pero como es sabido, una imagen vale más que mil palabras, os recomiendo ver las fotografías del antes y después.