Las reformas siempre nos apasionan. Descubrir que con un par de cambios nuestra vivienda puede convertirse en el espacio donde siempre quisimos vivir nos llena de optimismo. Cuando las reformas se realizan en el último piso de un inmueble, en áticos con techos inclinados y vigas de madera vistas, la expectación es aún mayor. No sabemos que tienen estos espacios abuhardillados pero nos encantan.
Hoy nos desplazamos hasta el norte de la península, exactamente hasta Donostia para mostraros la reforma llevada a cabo en el último piso de un inmueble. Errasti interiorismo es el estudio encargado de la reforma, los profesionales se adaptan a la necesidad de cada uno de sus cliente e intentan organizar el espacio disponible de manera racional y atractiva. Entre sus objetivos destaca el convertir los espacios, y el ambiente que se crea en ellos, en lugares agradables y adecuados tanto para vivir como para trabajar.
La parte vieja de la capital guipuzcoana está situada al pie del monte Urgull, encajada entre el puerto y la desembocadura del río Urumea. Repleto de gente durante cualquier época del año, el casco antiguo fue construido tras un grave incendio que asoló la zona en 1813.
En un edificio antiguo de este barrio de Donostia se ubica la reforma de la que queremos hablaros hoy. Una antigua buhardilla, en el centro histórico con una maravillosa estructura de madera que se dejará parcialmente a la vista tras la rehabilitación.
El cambio es impresionante. Un espacio que se veía pequeño y oscuro ha sido engalanado y luce ahora amplio y luminoso. El pavimento se ha cambiado y una tarima de madera se encarga de hacer acogedor el dormitorio. Para no quitar espacio una de las paredes se ha revestido con un animado papel floral que hará las veces de cabecero de la cama.
Las paredes se han renovado manteniendo el blanco de las mismas. Al otro lado del estor se intuye el diseño de la barandilla del balcón, un elemento clásico dentro una nueva estancia contemporánea que aporta una gran dosis de personalidad.
Nos movemos a la entrada de la vivienda desde donde podemos diferenciar cuatro de las estancias de la casa. Un pequeño vestíbulo en el centro, frente a él el comienzo del salón, la cocina tras el vidrio a la izquierda y a la derecha un espacio extra que os mostraremos inmediatamente.
Un pilar y una viga en forma de T son los protagonistas de este espacio junto a otro elemento similar sobre la puerta de la entrada.
Dentro, pero a la vez fuera del salón, aparece una estancia multifunción. Un estudio con un gran armario que puede ser una perfecta habitación de invitados con las puertas cerradas. Abiertas, en cambio, las puertas correderas integran el cuarto en el salón gracias al pavimento contínuo que convierte dos estancias en un mismo espacio diáfano. El papel de la pared continúa en el salón y sirve de marco para un futuro mueble de almacenamiento.
La luz natural se introduce a raudales en la cocina gracias a estas paredes vidriadas. En los cascos históricos de nuestras ciudades, muchos apartamentos incluían habitaciones sin ventana, pero hoy las nuevas técnicas y tendencias han conseguido abrir estos espacios a la luz. Así, una cocina aislada y oscura se transforma en un espacio maravilloso donde da gusto cocinar.
Dentro de la caja de cristal se ha colocado un mobiliario minimalista y funcional. Las lineas rectas de los armarios y el acabado de la encimera brillan creando un espacio luminoso. Como acertado contraste una banda de color oscuro ha sido colocada entre el techo y los estantes y después de los fuegos dos puertas opacas rompen la hegemonía blanca.
Como habitualmente hacemos, terminamos el recorrido en el cuarto de baño. Descubrimos otra estancia funcional, con materiales y diseños actuales. Errasti ha elegido un revestimiento muy animado para dar vida a una de las paredes del cuarto de baño.
El color naranja casa perfectamente con el mueble oscuro bajo el lavabo y además, esta pared sirve como decoración a la estancia.