En nuestra cocina usamos colores para hacerla más bonita, original, en sí, más parte de nosotros. Estas tonalidades de colores pueden ser neutrales y combinables con todo, como el gris, negro y blanco; que por supuesto tiene su lugar en este libro de ideas sobre colores para la cocina; pero también elegimos otros muchos más vibrantes como el azul, morado, amarillo, naranja y hasta la combinación de varios de ellos, los cuales también hemos convocado.
En fin, en este libro de ideas sobre colores para tu cocina tenemos una entretenida unión cromática, te diremos algunas combinaciones de colores para tu cocina, pero no sólo eso, pues el eje de todo este recuento es una lista de reglas para que uses cada color con un éxito garantizado en tu cocina.
¿Comenzamos con estas ideas de combinaciones de colores?
La tela de sillas, servilletas, manteles, etcétera, es un material sumamente óptimo para incluir tonos llamativos en la cocina, pues es más sencillo conseguir un banco recubierto de tela roja o azul que una estufa o refrigerador de eso color. De hecho este primer diseño de cocina nos lo muestra a la perfección, puesto que lo que le inyecta color al diseño son las sillas tapizadas en un azul deslumbrante.
Si ya se eligió el gris como tono contrastante en tu cocina, hay que buscar elementos que tengan ese color, pero que no todos sean idénticos, algunos gris mate, otros gris satinado. A modo de ejemplo mira la cocina de arriba, ¿notas como hay elementos mates y otros con superficies destellantes?
La cautela es pieza clave en este tercera regla, y es que el exceso no será bien visto si tiene como protagonista un color rojo, azul, amarillo o verde, y no pasteles sino sumamente saturados. Esto se debe a que el tono en sí tiene demasiada pigmentación y con muy poca cantidad se dará a notar de manera importante.
Para que te inspires mira como el llamativo azul de esta cocina es controlado porque sólo tiene presencia en el contorno de la puerta y ventana, el cual, por cierto, es delgado.
Este regla es importantísima en la cocina y es que el exceso en cualquiera de esos dos extremos es desfavorable para la cocina, tanto si se peca con el color neutro porque se obtendrá un lugar plano, simple y frío, como si se cae en el lado contrario pues todo será llamativo y caótico para la vista.
Por ello te decimos que el esmero por el equilibrio es muy importante, y visualmente es fácil identificarlo, aquí el gris y el violeta nos lo demuestran.
Los colores tiene temperaturas, ¿lo sabías? Existen tantos colores que son llamados cálidos como tonos que se denominan fríos, a eso nos referimos con temperatura, y a eso precisamente es a lo que invita la quinta regla; puesto que, si no se considera este aspecto podríamos tener tonos con temperatura alta como naranjas, cafés, amarillos, rojos, combinados con colores fríos como azules, verdes, morados; y el resultado sería poco óptimo.
No hay impedimento alguno que nos prohiba combinar colores vibrantes, lo que hay son ligeros consejos acerca del tema, como por ejemplo, que todos muestren la misma apariencia, brillante, ligeramente satinada o mate; y que sólo estén en ciertos detalles, ya sea en utensilios, piso, o ciertas partes de los muebles.
Focalizar el color vibrante es un acto fundamental para que la atmósfera de la cocina se vea perfectamente diseñada y no denote que no se pensó, en absoluto, dónde poner los toques llamativos. La mejor táctica es identificar la parte que posee un mayor anonimato y justo ahí instalar los elementos más coloridos.
Nunca falta un área oscura en la cocina, sobre todo si es pequeña y cuenta con múltiples elementos en su interior. ¿Cómo aniquilar dichos espacios oscuros?; la respuesta nos la da esta octava regla para tener colores en la cocina; todo consiste en colocar los tonos vibrantes en esos huecos donde la luz no llega de una manera importante, así aunque esa parte tenga poca iluminación resaltará inmediatamente.
Aunque el negro como color para utilizar en la cocina habitualmente se localiza en el mobiliario y demás artículos de cocina, nada nos impide verlo como el tono que nos brindará los detalles de realce en la habitación. La estrategia para lograr lo que esta novena regla nos dice radica en comprar detalles o decoraciones en negro, y en poseer una atmósfera clara para que la cocina no se torne completamente oscura.
No se debe concentrar el tono vibrante en sólo determinados sitios de la cocina, es decir, se se ha decidido que un tono llamativo realce la atmósfera, lo peor es poner sólo un poco en una esquina, hay que tener algo por aquí y algo más por allá. Mínimo se debe considerar un toque de ese tono en cada mueble o área considerable de la cocina.