Ganar luz sin perder intimidad

Moises Osio Moises Osio
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La claridad es vital en los espacios. Tenerla en casa es bueno para nuestra salud mental, el medio ambiente e incluso nuestro bolsillo. Pero, ¿qué hacer para obtenerla cuando el entorno no nos permite tener una casa de cristal? Si tu vivienda está rodeada por los cuatro costados de maravillosas áreas ajardinadas esto no representa problema alguno, pero si existen sólo 6 metros de distancia entre tu dormitorio y el del vecino, o el frente de tu vivienda da a una avenida muy transitada, fachadas transparentes de piso a techo dejaran al desnudo las actividades de tu vida doméstica.

Recuerda siempre que las ventanas tienen como propósito proveer dos elementos fundamentales: luz y visibilidad. Las vistas no sólo que tendremos del exterior sino también la accesibilidad de los factores externos a los interiores. A veces es necesario evitar lo que hay afuera. Para ello, podrás aplicar los siguientes materiales, técnicas y principios de diseño como alternativas para dejar que el sol entre a tus espacios sin comprometer la intimidad de tu hogar.

No todas las ventanas son cuadradas

La regla de oro al diseñar una ventana es permitirse jugar con la altura y las proporciones. Cinco metros cuadrados de cristal para un salón de tamaño promedio podría resultar en una ventana muy reveladora si se diseña totalmente cuadrada y céntrica. Si la misma cantidad de cristal se distribuye de manera horizontal y dejando desde el piso una altura considerable de pared sólida, ni el más alto de los curiosos se tomará la molestia de estirar el cuello para indagar en tu casa.

Incluso mucha más luz bañará la habitación, pues al entrar desde el punto más alto de la pared abarcará más espacio del que ocuparía si penetrara desde el punto medio como lo hace en las ventanas ubicadas a una altura regular.

Las ventanas altas son quizás la solución más simple para ganar luz guardando la privacidad. Son también la solución más utilizada para…

… dar luz en el zaguán

El zaguán, o recibidor, es una de las piezas más importantes de una casa aunque a veces una de las más oscuras. Da acceso a la vivienda y al resto de cuartos y por lo general, al ser estrecho, no da espacio para aberturas adicionales. Si para no perder privacidad no deseamos que el acceso principal sea de vidrio, una ventana alta que corone la puerta es la clave. Esto lo hemos aprendido de la arquitectura georgiana. 

Como lo muestra la imagen, esta alternativa bien la ha empleado los arquitectos traduciéndola en un discurso contemporáneo. Interesante aún el uso de cristal opaco a ambos lados de la puerta. Lo que nos recuerda un principio muy básico…

La opacidad. El más elemental de los trucos

Recurrir a la opacidad es una decisión de sabios. Nos permite acristalar de suelo a techo y aun así proteger las actividades internas. Esto bien lo sabían los japoneses con sus pantallas de papel de arroz.

Por supuesto, tus ventanas no tienen por qué ser de papel. Actualmente existen muchas alternativas de vidrios y cristales con opacidad. Una de las más populares son los bloques cuadrados de vidrio pavés. Son económicos, versátiles y fáciles de mantener. Asimismo se puede optar por los vidrios polarizados, que al contener una capa externa oscurecida no sólo impiden que pueda verse desde afuera sino también reducen la radiación térmica al detener los rayos verticales.

Y si no deseas remplazar ventanas ya existentes hay variedad de opciones económicas y sencillas para darles opacidad. Por ejemplo, esmerilándolas con polvo de carburo de silicio o incluso con pintura spray para cristales. También podrías…

… Darle una oportunidad al plástico

Para jugar con la opacidad no necesariamente debes acudir al vidrio.

Observa como en el patio de esta casa en Corea del Sur se ha diseñado un cerramiento desplegable tipo acordeón logrando traslucidez no usando vidrio sino policarbonato. Si consideras que éste ha de ser usado únicamente para edificaciones industriales te sorprenderá saber que materiales de construcción plásticos son comunes y preferidos en la arquitectura doméstica contemporánea por su ligereza, resistencia y estética. Así que, ¿por qué no atreverse? Tus fachadas translúcidas de paños de policarbonato transmitirán muy bien la luz natural y la aprovecharán al máximo. 

Si no confías mucho en el plástico y quieres optar por algo más fuerte, ¿qué opinas del concreto?

La magia del concreto translúcido

Sí. Has leído bien. Tus paredes también pueden ser translucidas. Existen materiales de construcción a base de concreto con propiedades que trasmiten claridad debido a la adición de fibras ópticas, y son incluso más livianos y resistentes que los tradicionales. Al exponerse en bruto no es necesario añadir acabados, y siendo casi transparentes dan paso a la luz no concediendo visibilidad. En este ejemplo vemos como el entorno no se ve sino que se presume con un juego de sombras. 

Ahora bien, si deseas obtener luz y privacidad y aun así la opción de poder ver hacia afuera también hay materiales que te permiten esto. Sigue leyendo y te explicaremos cómo.

Laminas reflectivas. Ver sin ser visto

Para bloquear la visibilidad hacia adentro, y aun así poder ver al exterior, láminas reflectantes aplicadas a las ventanas pueden la solución para ti. Los curiosos no verán sino su reflejo al intentar husmear por los cristales pues funcionan de manera similar a los lentes de sol ¡Pero se cuidadoso! Si no eliges las láminas correctas es muy probable que por las noches no bloqueen totalmente la vista desde afuera, pues el lado visible será aquel más iluminado.

En esta casa se ha elegido muy bien la película reflectante. Incluso de noche nadie será capaz de ver al interior y otorga a toda hora visión clara hacia afuera, evitando los reflejos internos ocasionados por las láminas convencionales. Rechaza además el calor pero no demasiado como para calentar el entorno, refleja las hojas de los árboles como un espejo pero no demasiado como para confundir a los pájaros.

Si buscas una solución aún más sostenible…

… juega con elementos parasoles

Parasoles (o Brise soleil), no sólo limitan la visión desde la calle sino que protegen a los edificios del implacable sol que sobra en países de eterno verano como Venezuela. Podrás recubrir tus paredes con la cantidad de vidrio que desees, tus espacios tendrán luz en abundancia y aun así conservarás la intimidad de manera ecológica, pues previene que tu vivienda se sobre-caliente. 

Se pueden diseñar o adquirir en infinidad de patrones, siendo el más común los elementos tipo persianas como lo muestra la fotografía. En este diseño, la composición de parasoles horizontales de madera protege los balcones y además proyecta franjas de sombras y luz que cambian de inclinación según transcurre el día. Y el mismo resultado se consigue en variedad de formas y materiales, como las celosías o elementos tipo membrana con perforaciones que permitan el paso de la luz. 

Recuerda que para que la luz entre debe existir siempre una abertura. En caso de que ésta no pueda abrirse en la pared…

¿Por qué no en el techo?

Si bajo ninguna circunstancia puedes abrir una ventana (¿quizás compartes tu pared con el vecino?) abre entonces una claraboya.

Las claraboyas o tragaluces son una de las opciones más conocidas y eficaces para ganar luz natural ¿Y qué mejor fuente de brillo que aquella que proviene directamente desde el cielo? La luz que entra por las claraboyas es ininterrumpida a diferencia de la que proviene de las ventanas, que puede ser filtrada o quebrada por edificios muy cercanos que arrojen sobras a tu fachada. 

Y el uso de claraboyas no es la única manera de iluminar desde arriba cuando no podemos abrir aberturas en las paredes. Nos podemos arriesgar un poco más y ¡crear un patio interno!

Afuera pero adentro

Los patios internos dan la libertad de recrear internamente lo externo. Observa como E2 Architecture + Interiors ha convertido lo que era antes las ruinas de un taller de carpintería en una casa iluminada cuyo corazón es un patio que antes no existía. El truco está en la sustracción. Si pensamos en la edificación como un cubo sólido, y a este le “extraemos” un pedazo, sacrificaremos algunos metros cuadrados pero ganaremos claridad en abundancia. Es como crear tu propio exterior en el interior. En este ejemplo el nuevo patio se abre al cielo y funciona como una caja de vidrio que ilumina al dormitorio, el corredor y la sala.

Ganar luz sin perder la intimidad es siempre posible sin importar las características del espacio. Siempre hay una respuesta. De eso se trata la arquitectura y el diseño, de resolver problemas. Cuanto más complejo sea el reto, más satisfactoria será la solución.

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