Una romántica buhardilla con terraza ¡Irresistible!

María Bausán María Bausán
Romantica Mansarda: Transformazione di una buia e scomoda soffitta, Bartolucci Architetti Bartolucci Architetti
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Un ático sucio, viejo y abandonado es, en realidad, un auténtico diamante en bruto. Pero para sacarle todo su brillo hay que saber pulirlo y en eso consistió la reforma cuyo resultado vamos a mostraros en este libro de ideas. Reformando en especial la estructura, que se encontraba algo dañada y que requería de una intervención a fondo, esta pequeña y romántica buhardilla hace suyo el dicho de menos es más. Y es que ante la falta de espacio aquí se han decidido por evitar la acumulación y utilizar pocos muebles. El resultado es claro, diáfano y muy agradable, ¡Vamos a verlo!

A primera vista

Inundado de luz natural, estamos ante el último piso del edificio, lo que nos guarda de cualquier mirada indiscreta y nos permite contar con más luz que el resto. Del espacio diáfano ya habíamos hablado, pero no de la manera en que este se comunica verticalmente. Este diálogo se hace a través de los materiales. La madera protagoniza lo más alto y lo más bajo de este apartamento. Pero así como en el suelo se ha destacado su textura, en la cubierta se ha disimulado pintándola de blanco. El uso de este color no es casual, si las vigas de madera como las que nos encontramos en esta buhardilla hubieran mantenido su tonalidad oscura, empequeñecerían el espacio. Un lujo que no nos podemos permitir. 

El salón

Aunque pequeñas, las ventanas son una constante de este apartamento y están presentes en tres de sus cuatro costados. Con una altura media bastante elevada para ser un piso totalmente abuhardillado, la habitación tiene, sin embargo, algunos rincones donde es más complicado aprovechar el espacio debido a su baja altura. No obstante, durante la reforma se tuvo en cuenta esta contrariedad, convirtiéndola en ventaja con grandes ideas, como la de crear una pequeña estantería en la pared de la chimenea. 

El escondite del dormitorio

Giramos sobre nuestros talones para echar un vistazo al otro lado de la habitación. Escondida en la otra cara de la chimenea nos encontramos con el dormitorio. El encajonamiento que contemplamos desde aquí no es tal, ya que el dormitorio cuenta con sus propias ventanas. Aunque es cierto que se ha utilizado la parte más baja de la habitación para colocar la cama y dejar que el espacio más alto pueda utilizarse para otras funciones. En este caso, la zona alta se ha convertido en una habitación aislada donde se esconde el cuarto de baño. 

El cuarto de baño

El cuarto junto al dormitorio es el pequeño baño de la vivienda. Muy básico pero muy bien preparado, este cuarto de baño tiene lo imprescindible para que no le falte de nada. La madera del suelo que veíamos en el pavimento del resto de la casa ha dado paso aquí a baldosas cerámicas en color oscuro que contrastan con la pureza del blanco que reviste las paredes. El cuarto de baño cuenta también con su propia ventana, ideal para ventilar la habitación con más humedad de la casa.

Una terraza como un paraíso

Para despedirnos de este pequeño y acogedor piso abuhardillado, hemos dejado lo mejor para el final. Y es que la joya de este apartamento no está dentro, sino fuera, en su pequeña pero paradisíaca terraza. Elevada ligeramente con respecto al resto de la casa por un motivo de aislamiento, aquí no importa robarle unos centímetros al suelo, puesto que la cubierta llega hasta el cielo. Regado de sol a todas horas, dada su orientación, esta terraza se ha convertido en un pequeño edén rodeado de plantas, donde unos muebles de forja, de estilo clásico, invitan a empezar el desayuno echándole al café una pizquita de sol. 

Hemos llegado al final de este artículo, si quieres seguir visitando pisos con encanto y techos abuhardillados, te recomendamos que le eches un vistazo al libro de ideas Una buhardilla coqueta y bohemia en París.

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