Una guía a la parrilla perfecta: Y un aplauso para… la parrilla

Mariana Belisario Blaksley Mariana Belisario Blaksley
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El célebre asado argentino, famoso en todo el mundo y una de las razones por las cuales nos preguntan siempre los extranjeros. Y es que la pasión por este programa dominguero solo se compara por la que siente el argentino por el fútbol. En un país donde la carne realmente tiene una calidad como pocas en el planeta y con una pasado de gauchos y tareas camperas a cuestas, el asado y el mate tienen un lugar en el corazón de todos nosotros.

Los arquitectos, parte de ese fanatismo generalizado, proponen siempre en espacios exteriores el área para ubicar el asador o parrilla, cuando no la diseñan y construyen ellos directamente. Quinchos de todo tipo, independientes, semi-techados, abiertos, cerrados son el testimonio físico de que la juntada alrededor del asado no conoce de estaciones, ni limitaciones climáticas. ¿Quién no ha visto al asador enfundado en un poncho, con un asistente paraguas en mano dedicándose en cuerpo y alma a los preparativos del asado bajo una lluvia torrencial? Quizás esas estampas sólo en la Argentina se ven. 

Los asadores avezados, como cualquier otro cocinero o chef que se respete, han desarrollado reglas y técnicas propias, que a veces rayan en manías. Debido a ello, suelen ser muy particulares en cuanto a la forma en la que elaboran el asado, a las características especiales de la parrilla y a los muebles e implementos que necesitan para poder regalarle a familiares y amigos el resultado de unas cuantas horas de arduo trabajo junto al fuego. 

De ahí que si bien a primera vista las parrillas nos puede parecer similares, el asador puede contarnos de un mundo de diferencias que para ellos resultan vitales. Luego tenemos variedades premoldeadas o portátiles, que también valen, y que el asador ha rodeado de todo lo necesario para que el resultado sea el esperado.

Para concluir esta introducción, una costumbre ultra argentina, que francamente no se ve en otros países es el merecido aplauso para el asador quien invariablemente baja la vista con una media sonrisa entre humilde y orgulloso por el producto de su esfuerzo y la consagración de sus habilidades frente a la parrilla. 

Conozcamos entonces algunas variedades que nos harán palidecer de envidia si aún no tenemos la propia o querer robarnos unas cuantas ideas si contamos con ella. 

Parrillas: medidas y materiales

Las parrillas, como explicábamos más arriba, son una elección muy personal de quien será el encargado de los asados. Algunos prefieren parrillas grandes, otros más chicas, algunos aseguran que los ladrillos refractarios en el interior son indispensables, otros dicen que el hormigón es más que suficiente, hay quien las prefiere rectangulares o cuadradas. Lo que podemos decirles es que generalmente la estructura se hace de mortero y ladrillos refractarios o de concreto, mientras que se usa hierro para la parrillera en sí y para las estructuras como puertas o sistemas de poleas que se usan para alejar o acercar la carne al fuego. 

Diseños de parrillas

Existen muchísimos diseños de parrillas y junto con la parrilla viene una serie de elementos que el asador necesita, como barra de apoyo para cortar la carne, espacio para la leña o el carbón y, cuando es posible, una bacha para tener agua a mano. En el caso de la parrilla de la imagen, el diseño se resolvió mediante nichos en la pared para la parrilla, para la leña y tres pequeños nichos más con fines decorativos. 

La verdad sobre las parrillas modernas

Ya sea en quinchos o jardines, las parrillas han cambiado y evolucionado como sucede con todo y si bien existe aún una mayoría de tradicionalistas del asado las nuevas tendencias poco a poco van conquistando corazones. Las parrillas de líneas modernas con estructuras de aluminio o acero inoxidable son ideales para casas contemporáneas, ya que se integran al look general sin desentonar. 

Parrillas a gas, vale la pena considerarlas

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Más de un asador pasará por alto este punto con una mirada desdeñosa, pero lo cierto es que las parrillas a gas tienen sus ventajas, como muchos conversos lo afirman. Sí, se pierde el ritual del fuego y parte de ese gusto ahumado tan característico, pero se gana en eficiencia y velocidad, ya que nos da la oportunidad de improvisar un asado en cuestión de minutos. Los precios de las parrillas de gas, todo hay que decirlo, pueden disuadir a muchos, eso sí, ya que oscilan entre los AR$ 9.000 para las versiones más chicas y sencillas, hasta unos impresionantes AR$ 50.000. 

Parrillas de tambor, el querido chulengo

De las parrillas portátiles, las de tambor son de las más populares ya que son súper económicas y tienen todas las ventajas de una parrilla construida in situ o una premoldeada. Podemos comprar una parrilla de tambor por apenas AR$ 2.000 y las más costosas rara vez se elevan a más de AR$ 5.000, apenas una fracción de las parrillas a gas. Tienen la ventaja además de poder moverse, alejarse del viento o del sol y funcionar maravillosamente bien en espacios pequeños como patios, terrazas o incluso balcones. 

Parrillas premoldeadas, las clásicas de siempre

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Las parrillas premoldeadas son las favoritas de muchos y si bien no es tan fácil customizarlas como lo haríamos con una parrilla construida por nuestro arquitecto o maestro de obra, al menos tienen la ventaja de ser relativamente económicas y de ser un proyecto que se realiza fácilmente y en corto tiempo. Los precios de las parrillas premoldeadas van desde unos AR$ 6.000 hasta AR$ 16.000 y la verdad es que se ven muy bien. 

Ubicación: Parrillas en galerías

Las parrillas que forman parte de la galería, especialmente si se encuentran muy cerca de los espacios interiores o a la vista de ellos deberán tomar prestado el look general o le bajarán las acciones a todo el espacio. La buena noticia es que es posible tener una parrilla impecable, de líneas limpias, bien pintada y con una barra que no tenga nada que envidiarle a la de nuestra cocina integrada al comedor. Para muestra, la imagen que acompaña a este punto. 

Ubicación: Parrillas en quinchos

El quincho, sobretodo cuando es independiente de la casa es un espacio en el que cambian las reglas del juego. Acá la decoración puede emular a la de la casa o directamente podemos darle una identidad propia. Las parrillas de quincho, a diferencia de las que se encuentran en el jardín, deben contar con una chimenea o sistema de ventilación excelente, sobretodo si el espacio es cerrado. 

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Parrillas altas

En términos estrictamente generales, la parrilla debe tener cierta altura, para que el asador no termine con una hernia discal o con el nervió ciático en un grito de tanto inclinarse. Así que la altura ideal, en teoría, es aquella que le permita a quien manipula la carne, la leña el fuego y la parrilla en sí, la posibilidad de hacer todo esto erguido. 

Parrillas bajas

Las parrillas bajas, por su parte, tienen una doble función que las altas no pueden ofrecernos, que es la de fungir tanto como asador, como de hogar. Existen no pocos asadores que están dispuestos a sacrificar su espalda y cintura, para poder disfrutar cada tanto de una chimenea exterior sin que medien varios kilos de carne de por medio. 

Parrillas en departamentos, son posibles?

Para los argentinos el asado es una tradición tan omnipresente que cualquier espacio semi-cubierto es excusa para instalar una parrilla antes de que nos demos cuenta. Las parrillas en terrazas y balcones de departamentos deberán adaptarse al espacio, contar con una ventilación que evite que molestemos a los vecinos con el humo y algún tipo de lugar de guardado para la leña o el carbón. 

A que es la terraza con la que soñamos todos los que vivimos en departamento…

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